La batalla del Primer Sitio

Zaragoza había cogido desprevenidos a los ejércitos de Napoleón Bonaparte y salió imbatida del Primer Sitio, retirándose las tropas francesas el 15 de agosto de 1808.

Tan pronto como pudo reunió un formidable ejercito que encaminó de nuevo a la toma de la Ciudad. Las tropas españolas le presentaron batalla en Tudela el 23 de noviembre; las tropas dispersadas se agruparon en Zaragoza. El Segundo Sitio comenzó a establecerse a lo largo del mes de diciembre de 1808, capitulando el 20 de febrero del 1809.

Tras la conquista y ante la falta de un ejército español en la zona el ejército Francés, bajo el mando de Portier, que se ocupo de dominar el Norte y de Junot con el II Cuerpo de ejército obligaron a retroceder hasta Tortosa a las fuerzas del Marqués de Lazán que no habían llegado a socorrer a la ciudad de Zaragoza.

Ante el temor de requerir mas tropas en Asturias Bonaparte ordenó replegar las fuerzas de Portier hacia Logroño.

Las tropas Españolas aprovecharon esta debilidad de fuerzas para organizar una contraofensiva.

«Ejército de la Derecha»

Perena toma Monzón a primeros de mayo y el ejército francés al mando de Habert sufrió una fuerte derrota agravada por la crecida del río Cinca que impidió su retirada.

El General Blake al mando del “ejercito de la Derecha” reúnió las tropas del Marqués de Lazán, de Pedro Roca y Juan Carlos Areizaga junto a la caballería de Juan d’Onojú tomando Alcañiz.

Suchet al mando del III Cuerpo de ejército napoleónico inicia una contraofensiva que acude al Sitio de Zaragoza. El 23 de mayo llego a Hijar e intentó recuperar Alcañiz siendo rechazado y cayendo herido el mismo Suchet.

Se achaca al General Blake la falta de determinación en perseguir al ejercito francés y perder unos valiosos días reorganizando sus propias fuerzas.

El 12 de junio llegó a Belchite y avanzó en dirección a Zaragoza por Fuendetodos, Villanueva de Huerva y Longares. La División, al mando de Juan Carlos Areizaga, tomó posiciones en Botorrita cogiendo por sorpresa a un convoy de víveres y obligando a la división de Fabre que estaba establecida en Muel a retirarse hasta Plasencia de Jalón.

Blake contaba con unos 20.000 infantes, 800 de caballería y veinticinco piezas artilleras, en tres divisiones.

Suchet sabía que la pérdida de esta batalla supondría la de Zaragoza y de Aragón, suponiendo en definitiva la derrota de España, ya que el resto del país no podía defenderse sin contar con esta vital comunicación.

El 14 de junio Suchet despliega 9.000 hombre en las Vales de María, a la altura de Cadrete, en la margen izquierda de la Carretera Real de Zaragoza.

La División Areizaga, como hemos indicado, permaneció en la retaguardia, en Botorrita y las Planas de María, dominado Botorrita con 6.500 hombres y ocho piezas de artillería.

El Marqués de Lazán y el general Pedro Roca se posicionaron a la izquierda de la Venta Real (antigua Cuartel de la Guardia Civil de María de Huerva) y zona del Polígono el Plano y la Valeja de San Pez. Unas fuerzas de reserva quedaron en María cubriendo el puentecillo sobre el arroyo salado.

Las tropas de refuerzo

A las dos de la tarde las fuerzas del General Blake estacionadas en María realizan un intenso ataque tratando de envolver el ala derecha ocupada por la división de Musnier.

Pasaron todo el día tomando posiciones a la espera de la llegada de refuerzos (3000 hombres) al mando de Robert. En la mañana del 15 de junio Suchet no respondió a un movimiento de las fuerzas españolas en el franco izquierdo. A las dos de la tarde las fuerzas del general Blake estacionadas en María realizan un intenso ataque tratando de envolver el ala derecha ocupada por la división de Musnier. Fueron repelidos por el Regimiento 114 apoyados por los lanceros del coronel Kliski. Las fuerzas del General Pedro Roca intentaron reagruparse, circunstancia que Suchet supo aprovechar (tiene conocimiento en dicho momento de la llegada a los montes de Torrero de los refuerzos de los Regimientos 116 y 117) contraatacando con todas las fuerzas del centro e izquierda, intentando salvar el barranco que separaba ambos ejércitos. El 1º Regimiento del Vístula y el 115º fueron repelido por fuego de infantería y de la artillería emplazada en la Plana. Esta maniobra consigue repeler a los asaltantes y da tiempo a reagrupar las fuerzas de la derecha. Es herido el general Harispe, Jefe de Estado Mayor a la cabeza de 100 granaderos y de los batallones del 2º del Vístula y el 64º.

La batalla contaba con la iniciativa española pero una fuerte granizada, iniciada a las tres de la tarde puso fin a la lucha.

Las tropas de refuerzo que esperaba Suchet llegaron y reforzaron su franco derecho con un regimiento de línea al mando del general Habert. Atacó la caballería francesa al mando de Wattier (usares y coraceros) que dispersaron a la caballería de O’Donojú, atacando seguidamente la infantería de Habert, envolviendo el ala derecha de Pedro Roca y tomando la batería emplazada en Maria tras el puente sobre el Arroyo Salado, cortando de esta manera la comunicación con las tropas de Areizaga, que permanecieron inamovibles. En la batalla es hecho prisionero el Jefe de Brigada d’Onojú y el coronel Martín Gómez de Menchaca.

Blake hace acudir en su apoyo a las fuerzas de Lazán que se encontraban en segunda línea replegándose hacia el Sur y Este, cruzando el Huerva y uniéndose en la Plana con las fuerzas de Areizaga, sin perder la formación pero perdiendo entre 1000 y 5000 hombre, 400 fueron hechos prisioneros y 17 de sus 25 cañones que quedaron clavados en el barro a raíz de la fuerte tormenta y tres banderas. Se retiran aprovechando el anochecer a su cuartel de Botorrita.

El ejercito francés sufrió por su parte 800 bajas.

Bandera Francia
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Bajas

Blake se retira sin pérdidas a Belchite donde vuelve a presentar batalla el 18 de junio.

Al día siguiente Suchet organiza un ataque concétrico con todas sus tropas sin conseguir cerrar el cerco de Blake que se retira sin pérdidas a Belchite donde vuelve a presentar batalla el 18 de junio. Las fuerzas francesas relizaron un ataque por el ala izquierda, menos compacta retirandose los españoles a Belchite con la mala fortuna de que una bala alcanzó el deposito de municiones de las fuerzas españolas y creyendo que eran atacados por la retaguardia, huyeron abandonando la artillería reagrupándose 9000 hombres hacia Morella y Tortosa.

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